Exposición Brooklyn’s Secret Video Instalación para Exposición
Dirección y Producción Adriana López Sanfeliu
Realización Patricia Martínez Félix
Dirección de Fotografía Eloi Sánchez Molí
Montaje Francisco Camacho
Brooklyn’s Secret
Carles Guerra
Todo lo que rodea a un cuerpo en la calle.
Uno de los aspectos menos reconocidos y valorados de la práctica de la fotografía es la capacidad de generar relaciones sostenidas. Las series más elaboradas de Adriana López Sanfeliu, tales como Life on the Block (...) o Los Salazar (...), no constituyen únicamente un ejemplo de reportaje fotográfico. El resultado formal de estos trabajos anteriores esconde que –más allá de dar a ver– las imágenes fueron obtenidas a lo largo de una experiencia de contacto prolongado con las comunidades que retrata cada serie. Brooklyn's Secret (..) no es una excepción a esta lógica. A pesar de la sofisticación que se desprende de cada toma, la densidad de este trabajo procede de una empatía labrada fuera de campo. La cámara fotográfica actuaría como aquellos objetos relacionales que permiten elaborar una situación compleja. El caso es que penetrar y comprender un espacio social, comunitario y afectivo produce un objeto fotográfico como resultado marginal. La experiencia de la fotógrafa nos llega a través de una selección de imágenes que no cubren la totalidad de lo vivido en el seno de esta comunidad de Brooklyn. De ahí que estas fotografías no disimulen su carácter parcial. La práctica fotográfica que implica la realización de este proyecto incluye además entrevistas en audio y vídeo. Por medio de esas se recoge la voz de los que protagonizan sus imágenes. La desarticulación entre las imágenes y las voces no significa por fuerza que la fotografía deba ser considerada como algo incompleto. Al contrario, esa parcialidad nos da la oportunidad de rellenar la composición fotográfica desde nuestra perspectiva como espectadores. Nos concede un lugar frente a la imagen, una posibilidad de penetrarla con nuestra mirada.
Al margen de esta percepción de la práctica fotográfica, que imagino que no es la más frecuente e incluso puede parecer delirante, Brooklyn's Secret nos introduce en una serie de contiendas ritualizadas. Las sesiones de baile aparecen en la fotografía como los acontecimientos que relatan otros acontecimientos de los que habitan en esos espacios urbanos. La serie evoluciona temáticamente desde los retratos grupales en los que la calle es el escenario a retratos individualizados captados en interiores. En todas estas imágenes el cuerpo suplanta cualquier otra forma de comunicación. Los gestos indescifrables para nuestra mirada se suceden como un alfabeto que moviliza todas las extremidades. Porque la condición urbana de estas escenas invita a pensar que estar dentro o fuera, respecto a la calle, carece de relevancia. Entonces, los cuerpos aparecen gobernados por una fuerza invisible que les da formas insólitas. La tensión entre el carácter expresivo de estas manifestaciones y la sospecha de que hasta el gesto más auténtico es el reflejo de una agencia indirecta, es decir una fuerza de origen incierto, es lo que otorga una belleza inmensa a cada instante. Así es como el repertorio de poses inventariado por Adriana se despliega mediante series más cortas en las que uno o varios chicos dialogan mediante gestos, quién sabe si de carácter meramente afectivo. Así es como estos cuerpos que tienen tendencia a formar multitudes espontáneas se encuentran atrapados entre la aparente libertad de sus movimientos y el comando sutil que los moldea. Mientras la fotógrafa parecía producir un documento del gozo que estos cuerpos experimentan durante las sesiones de baile, las imágenes resultantes han captado algo más. Nos dan a ver todo lo que rodea a un cuerpo en la calle.
Everything that surrounds a body in the streets
An aspect of photography that is often unknown or appreciated, is its capacity to foster lasting relationships. Adriana López Sanfeliu’s most intricate photography series – such as Life on the Block (...) or The Salazar (...) – are not only an example of a photographic report, they signify more. The formal outcome of the aforementioned works extends beyond the mere visual, since said images were taken during a period of prolonged contact with the communities that the series depicts. Brooklyn's Secret (..) is no exception to this logic. Added to the sophistication present in each image, the depth of this work is rooted in the empathy forged outside the frames. The photographic camera almost acts as an object that enables complex situations and bonds. In fact, when one penetrates and understands a space that is social, emotional and a community, the photographic outcome ceases to be central to become marginal. The experience lived by the photographer reaches us via the selection of images, yet they cannot cover all that was lived and experienced in the heart of this community in Brooklyn. Which is why these photographs do not hide their partial nature. The creation of this photographic report also includes audio and video interviews, it gathers the voice of the people who star in the images. The fact that image and voice are not matched, does not imply that the photograph is incomplete. On the contrary, this partial nature affords us the opportunity - as viewers - to bring our personal perspective into said images. It offers us the opportunity to play a role when facing the image, we can penetrate it with our gaze.Aside from this unique understanding of the art of photography – which I imagine is not very frequent and may seem delirious – Brooklyn's Secret presents us with a series of ritualised contests. The dancing sessions captured by the photographs, are events that in themselves portray happenings in the life of those who reside in the depicted urban spaces. The photographic series evolves thematically from group shots where the streets are the stage, to individual portraits shot inside. In all the images, the body supersedes any other form of communication. The gestures, indecipherable to our eyes, follow one another like an alphabet that brings movement to all the extremities. It is the very urbaneness of these images, that leads to thinking that being inside or outside in the street, is of no consequence. The depicted bodies seem to be governed by an invisible force that results in unthinkable movements and shapes. The tension between the expressive nature of these bodily contortions, and the hunch that the most authentic of gestures is a result of indirect agency – a strength of unknown origin – is what imparts immense beauty to each instant captured. The repertoire of poses caught by Adriana is displayed in short series, in such a way that one or various youngsters maintain a dialogue using their gestures, perhaps it is an emotional exchange, who knows. This is how these bodies are, trapped between the apparent freedom of their movements and the subtle energy that propels them. Bodies that tend to come together in spontaneous gatherings. Whilst it seems that the photographer had captured the pleasure that these bodies experience during the dancing sessions, in the resulting images something else transcends. Our eyes can feast on everything that surrounds a body in the streets.